Los espíritus de Midas y Atila nos atormentan


Escribe: Lic. Mario Nieto

En un escenario disparatado como la Argentina, en la que la prepotencia del poder mutila el cuerpo social y dispone un libertinaje incomprensible donde se enseñorea una brutal especulación, el análisis racional es imposible y solo queda buscar trágicas referencias en el mito y en metáforas históricas desmesuradas.

El rey Midas gobernó Frigia entre el 740 a. C. y el 696 a. C. D y según un mito griego, tenía la extraña capacidad de convertir en oro todo lo que tocaba. Si nos atenemos a nuestra realidad cotidiana, podemos transmutar éste don, al observar el precio de la carne, los lácteos, las frutas, las obras sociales prepagas, los artículos de limpieza, combustibles, alquileres, bancos, financieras y otros mil elementos y servicios a los cuales se liberó totalmente su oferta con lo que adquirió el costo del vil metal amarillo.

Son oro los automóviles, las viviendas que se ofrecen, los restaurantes, las carnicerías, pescaderías, corralones, ferreterías, tiendas y negocios.

Pero también recordamos Atila en Europa Central, quien gobernó un imperio que iba desde el río anubio hasta el mar Báltico, desde el 434 hasta el 453. Según cuentan, el «azote de Dios» solía decir «donde mi caballo pisa no crece hierba», por sus brutales ataques y saqueos. Malo si los hubo….aunque resulta un personaje de perfil complicado, hoy pueden dar cierto el hecho de que su crueldad está presente, los jubilados, los docentes, las universidades, los científicos, los gremios que van a Paritarias y los pacientes que buscan atención médica.

En tren de continuar enredándonos con éstos enlaces ocurrentes es necesario comentar que el relato de Midas refiere que no podía comer, puesto que todo lo que tocaba era oro, recibe el consejo de Dioniosio (capo del chupi y la joda), quien le habría otorgado el «don», se lave en el río Pactolo, el cual también se tiño de dorado…

 Respecto a Atila, se dice que sufrio una hemorragia nasal y murio. Su sarcófago -según versiones- era de oro, aunque contenía algo de plata y hierro. Estaba atiborrado del botín de sus conquistas, aunque su imperio se desmembró totalmente.

Hasta acá el caprichoso enlace atemporal; lo cierto es que no sabemos bien que rumbo tomarán los acontecimientos, lo que si sabemos es que todo tiene principio, desarrollo y…..fin.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *