Escribe: Lic. Mario Nieto
La falta de información con relación a los acuerdos que rodean al supuesto «salvataje» del Tesoro de los Estados Unidos al gobierno argentino, hace crecer la desconfianza e incluso angustia en la población al punto de que se recuerde la frase: «no pedimos una mano, sino que nos la saquen de encima».
El argumento de que no hay condicionamientos, choca con la torpe y brutal intromisión del presidente del país del Norte, respecto a la voluntad de ayuda sobre la base de un triunfo electoral del sector oficialista en Argentina, que sea del agrado del «Tío Sam».
Lo raro es que casi no se toman en cuenta las reiteradas «caídas» de los programejos económicos libertarios, que están dando como resultado el malestar y la inquietud de grandes sectores sociales que ven frenadas toda aspiración de justicia social y progreso.
Es notable volver a vivir episodios de las décadas del 50, 60, 70 en la que los macartistas (fánaticos de EE.UU. que se encargaban de demonizar opositores y librepensadores) parecen compartir la conducción de la nación más desarrollada del orbe. Los pedigueños zalameros como el que se imagina el lector, repite la cantinela «zurdos hijos de remilp….» y así fomentan enconos hechando culpas de sus propios errores a terceros que no tienen que ver.
Todo tiene su tiempo y ya hay cosas que no se pueden olvidar o disimular en la vida cotidiana; así sin siquiera mencionar hechos vergonzosos o sospechosos de la gestión, se puede ver claramente que el manejo económico, va de fracaso en fracaso; la mayoría de los habitantes confiesa que les cuesta llegar a fin de mes y no ven la famosa»luz al final del túnel».
Si los alarmantes avisos del mal humor social no logran llamar la atención de los gobernantes para que corrijan su rumbo, no se puede esperar una modificación positiva en la renovación de la esperanza; no podremos decir en éste punto «allá vamos», sino sentir que «allá nos llevan».


